El tabaco se utiliza, como se sabe en todo el mundo, para fumar, pero este uso del tabaco poco saludable puede ser sustituido al utilizar sus semillas y hojas para la producción sostenible de recursos actualmente limitados como biocombustibles, biomateriales y proteínas, preservando de esta forma la futura existencia de nuestro planeta y la de diversas industrias a la vez. Además, la industria tabacalera está disminuyendo a nivel mundial, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) incita a los agricultores a replantearse el uso agrícola y a iniciar un cambio hacia usos alternativos más sostenibles.

En este proyecto combinamos la biotecnología vegetal e industrial con el objetivo de apoyar un camino sostenible de producción de tabaco para:

  1. reducir el uso de combustibles fósiles y de productos químicos
  2. garantizar la existencia de los agricultores, apoyar la economía local, e introducir nuevas oportunidades de mercado para los productores de tabaco
  3. ofrecer plataformas productivas y mercados a base vegetal y económicamente viables.

Así pues, trabajamos para aumentar el valor del tabaco cultivado comercialmente con productos enriquecidos con cianoficina-(CGP)-sintetasa que puedan sustituir de manera sostenible las materias primas fósiles y los ingredientes no degradables producidos químicamente.

Con ello, pretendemos además establecer un nuevo sistema de producción económicamente viable para el biopolímero CGP como subproducto del tabaco sin costos adicionales relevantes. Este sistema puede ser adoptado por los agricultores y por las empresas biotecnológicas en Argentina.

La producción de CGP en la variedad de tabaco SL632 conduciría a una expansión de las oportunidades de mercado y de las perspectivas económicas del cultivo: dado el valor de sus biopolímeros desde el punto de vista médico, nutricional y como sustituto de los productos químicos basados en combustibles fósiles, por nombrar algunos. Cabe esperar que el tabaco SL632, que produce CGP, si es tecnológicamente viable y comercialmente viable en la Argentina, pueda ser transferido a las zonas de cultivo de tabaco en Europa (Italia, España, Polonia, Bulgaria y Grecia) y que consecuentemente impulse la bioeconomía en estos países y en la Unión Europea en su conjunto. De esta forma proporcionará a Europa una fuente mejorada y potencialmente masiva de biocombustibles, biomateriales y proteínas de alimentos/piensos, reduciendo la dependencia de ultramar de los cultivos como de la soja, la palma, el coco, etc. También apoyaría la reducción de la huella de carbono europea eliminando el transporte de esos cultivos a Europa y sustituyendo los combustibles fósiles y los productos químicos por alternativas de base biológica. Finalmente, se puede valorar la sustitución de los combustibles fósiles y la contribución a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, con respecto a la creación de puestos de trabajo adicionales y el valor añadido a la economía de base biológica en la Argentina y en Europa.

Así pues, el proyecto tiene el objetivo general de contribuir a la sostenibilidad ecológica, económica y social reduciendo el uso de combustibles fósiles y polímeros industriales, proporcionando plataformas productivas y mercados de base vegetal y económicamente viables, y apoyando al mismo tiempo las condiciones de vida de las regiones agrícolas tabacaleras locales y de los pequeños agricultores de la Argentina y de otros países.